Diálogos por la democracia1

Publicado el 1 de marzo de 2018


John Ackerman

Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
ackerman@unam.mx
bloggerJOHN M. ACKERMAN
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@JohnMAckerman

Todavía no inician de manera formal las campañas electorales y ya arrecia la guerra sucia y las estrategias de miedo. El nuevo “spot” del PRI amenaza con la desaparición, como por arte de magia, de todas las instituciones y los apoyos gubernamentales en caso de que “ya sabes quien” gane en los comicios presidenciales.

Recientemente un internauta puso en circulación un videojuego donde los participantes tienen como objetivo matar a la mayor cantidad de ciudadanos posibles antes de que cumplan con su obligación ciudadana de emitir su voto. Y el fin de semana pasado, el Presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, lanzó deleznables epítetos racistas en contra de los integrantes del principal partido opositor: Morena.

Recordemos también como el año pasado, en el día previo a las elecciones para gobernador en el Estado de México, en múltiples oficinas de Morena de esa entidad aparecieron cabezas de puerco y cruces ensangrentadas. Y el mismo día de los comicios-el domingo 4 de junio- se distribuyeron cientos de miles de volantes con calumnias en contra de la candidata de Morena, Delfina Gómez, y se realizaron miles de llamadas con amenazas violentas en contra de quienes estaban registrados como representantes de casilla del mismo partido.

También debemos tener presente la reciente aprobación de la Ley de Seguridad Interior, una norma que viola flagrantemente la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos al intentar legalizar la militarización de la seguridad pública y evitar la rendición de cuentas de las Fuerzas Armadas por los abusos sistemáticos de sus integrantes a los derechos humanos. En caso de que las estrategias de miedo y de intimidación no funcionen para desalentar la participación ciudadana en las elecciones, el régimen autoritario se estará preparando para también recurrir directamente a la fuerza.

No es suficiente solamente indignarnos frente a este escenario tan problemático. Los ciudadanos también tenemos la responsabilidad de hacer nuesta parte para elevar el nivel del debate público.

Las seis semanas de “intercampaña”, entre el fin de las campañas internas de los partidos el domingo 11 de febrero y el inicio de las campañas oficiales el próximo 30 de marzo, constituyen una excelente oportunidad para que la sociedad mexicana tome la palestra e imponga una nueva dinámica al debate político-electoral. Urge hacerlo ahora, antes de que la voz ciudadana se pierda entre el alud de anuncios, bots, cancioncitas y espectaculares de los partidos y los candidatos que se lanzarán con el inicio formal de las campañas.

La democracia es demasiado importante para dejarla solamente en las manos de las instituciones electorales o de los partidos políticos. No podemos confiar ciegamente o darles un cheque en blanco al INE, al Tribunal Electoral o a la FEPADE; tampoco al PRI, al PAN, al PRD o a Morena. A todos, absolutamente todos, tenemos que exigirles que cumplan estrictamente con sus mandatos legales y con sus compromisos con la ciudadanía.

La democracia no se construye con ciudadanos “confiados” que esperan que otros hagan el trabajo que les toca a ellos, sino con ciudadanos críticos y participativos que defienden sus derechos. La democracia no es un regalo o una dádiva entregada desde las altas esferas del poder a la población, sino el resultado de una lucha social cotidiana desde abajo.

Hoy, son 88 millones de ciudadanos mexicanos hoy cuentan con su credencial de elector; de ellos 26 millones de ellos, casi 30%, son jóvenes menores de 30 años. Y 15 millones, 17% del total, son menores de 25 años; este 1 de julio será la primera vez en que podrán votar por el Presidente de la República.

Estamos en buenas manos.

Es falso que los jóvenes de hoy sean apáticos, distraídos o incultos. Con cada Tweet, con cada intervención en aula, con cada blog, con cada voto y con cada protesta nos están demostrando que están a la altura de las circunstancias históricas, listas para canalizar su justificada indignación y su legítima desconfianza por vías pacíficas para participar en la construcción de un México mejor para todos y todas.

La enorme responsabilidad y compromiso de la nueva generación quedaron demostrados y comprobados con su histórica participación en las labores de rescate después de los trágicos sismos del pasado mes de septiembre. Este mismo espíritu de participación, de conciencia y de solidaridad tendría que manifestarse de nuevo ahora en la coyuntura de una de las elecciones más importantes en la historia del país.

En este contexto, el 14 y 15 de febrero pasados nació la nueva iniciativa universitaria “Diálogos por la democracia” (véase: http://www.dialogosdemocraciaunam.mx/) con la celebración de su primer evento: la Conferencia Internacional “Democracia y autoritarismo en México y el mundo, de cara a las elecciones de 2018” donde hubo más de 50 ponentes de México y el extranjero cuyo material es un valioso aporte al debate plural sobre la situación actual y la trayectoria histórica del sistema político mexicano en el contexto internacional.

Esta iniciativa universitaria precisamente busca superar la guerra sucia para generar espacios para un auténtico diálogo de ideas con absoluto respeto a la enorme diversidad ideológica de la comunidad universitaria. Nuestro objetivo es promover el acercamiento y la colaboración de especialistas con el fin de impulsar la investigación, la difusión, la reflexión y la acción de la comunidad universitaria sobre los diversos temas relacionados con la teoría y la práctica de la democracia y el autoritarismo en México y el mundo.

Específicamente, en la coyuntura electoral actual, la iniciativa “Diálogos por la democracia” generará espacios de discusión sobre la cultura democrática en las diferentes entidades académicas de la UNAM, dará seguimiento a los acontecimientos más importantes del proceso electoral, ofrecerá formación y asesoría a la comunidad universitaria y la sociedad en general sobre derechos y obligaciones en materia electoral, y promoverá la participación ciudadana como observadores electorales acreditados ante el INE.

¡Ya basta de guerra sucia! Elevemos el nivel. La democracia es nuestra.

NOTAS:
1 Se reproduce con autorización de el autor, publicado en Proceso, el 18 de febrero de 2018.

Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ilayali G. Labrada Gutiérrez