El derecho a la ciudad

Publicado el 31 de octubre de 2018

Alejandro González Montes
Estudiante de la maestría en Derecho Constitucional y Amparo
de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí
email alejandrogm92@hotmail.com

“El derecho a la ciudad en la ciudad de México. ¿Una retórica progresista para una gestión urbana neoliberal?”, es un artículo de investigación de Víctor Manuel Delgadillo Polanco, (Andamios, 2012), donde analiza lo que es en verdad el derecho a la ciudad desde teorías ideales como las de Henry Lefevre hasta los desafíos de aterrizar estas teorías en un contexto actual como es el que vive Ciudad de México, inmersa en un país altamente neoliberalista desde hace poco más de veinte años, y es en ese momento cuando el autor nos habla de una retorica progresista para una gestión neoliberal, en el sentido de cómo se confronta el derecho a la ciudad vs. la realidad que impera en Ciudad de México, ciudad en la que las desigualdades sociales están muy marcadas, donde el diseño de la ciudad no es marcado por el Estado sino por los intereses de las empresas inmobiliarias que a diestra y siniestra desequilibran la ciudad con sus megaproyectos. A lo largo de esta recensión tocaremos algunos puntos importantes referentes al tema que el autor nos plasma.

Es importante lo que hace el autor en este primer apartado, ya que contextualiza al lector que no necesariamente conoce el tema. Henry Lefebvre, en 1960 ya consideraba al derecho a la ciudad como una condición básica del humanismo; después David Harvey reivindica un poco el concepto del derecho a la ciudad visto no como el derecho a mejorar la ciudad que tenemos sino al derecho a cambiar la ciudad y construir una mejor. Harvey lucha mucho en sus teorías en contra del sistema capitalista, en ellas expone que las ciudades actuales que derivan de este sistema, privilegian la acumulación incesante de capital que a su vez genera una desigualdad social y con el paso del tiempo se ha ido ensanchando, dando con esto una lejanía cada vez mas marcada al derecho a la ciudad. Por otro lado, el autor nos menciona la teoría de Oscar Oszlak y da un concepto de que el derecho al espacio urbano se refiere a la capacidad que tenemos como gobernados a influir en la toma de decisiones de nuestros gobernantes, así como el fortalecimiento de la participación ciudanía.

En otra aproximación al tema del autor, recurre a Jordi Borja quien da una definición de ciudad entendida como el lugar donde podemos hacer valer nuestros derechos como ciudadanos, y que nuestros nuevos derechos urbanos contribuyan a la justicia de la ciudad. Esta es una aproximación más materializable a lo que hoy podemos buscar como derecho a la ciudad. Una aproximación muy interesante que el autor nos brinda, es la de Coalición Internacional por el Habitat y Movimiento Pueblo Urbano, ya que se define el derecho a la ciudad como la reivindicación para el ejercicio pleno de los derechos humanos en la ciudad. Antes de continuar vale la pena destacar como Delgadillo Polanco nos presenta el mismo derecho visto desde perspectivas distintas, al igual que en la cronología, apreciamos la evolución de este derecho.

Otro autor al que se refiere es Lopes, este brasileño hace una crítica a la descomposición y corrupción del concepto de Lefebvre en el sentido de que muchos autores en el momento de escribir sobre el derecho a la ciudad lo tomamos como punto de partida para generar un nuevo concepto del derecho a la ciudad, destrozando con ello su idea principal de autogestión y no de participación ciudadana.

Por último, el autor refiere que el derecho a la ciudad es más la construcción colectiva de una moral, que un reclamo por un reconocimiento legal, se trata más de una acción colectiva estratégica que pugna por verdaderos y profundos cambios, que de una lucha táctica por institucionalizar ese derecho en el mundo de las leyes.

Delgadillo Polanco nos plasma que el debate en torno del tema puede ser visto en dos posiciones, una pragmática, entendiendo por ésta al reconocimiento jurídico de este derecho, y otra utópica, entendiéndola como la aspiración de encontrar una ciudad totalmente justa, apartada de cualquier acción neoliberal. Y es por esto que Serrano aterriza un poco la idea en que los derechos sociales son una idea por alcanzar y no un mandato por cumplir, por lo que nuestro autor concluye en que el hecho de plasmar demandas sociales en nuestra Constitución nos llevaría a los que venimos haciendo desde 1917, que yo considero no es la solución.

Dicho todo esto podemos entrar al tema central del artículo “El derecho a la ciudad en la ciudad de México. ¿Una retórica progresista para una gestión urbana neoliberal?” El derecho a la ciudad en Ciudad de México podemos entenderlo desde la óptica de un antes, un después y un futuro, para esto comenzare con plantearles el antes del derecho a la ciudad.

El antes del derecho a la ciudad, en Ciudad de México, se debe ver el tema desde el punto de vista en el que nos encontrabamos en una ciudad en la que habitan más de veinte millones de habitantes en la que, a pesar de ser la capital del país, existe un alto índice de pobreza y delincuencia, así como una problemática ambiental debido a la alta concurrencia de pobladores, el transporte público no es suficiente para la demanda, por la zona geográfica en la que está, la ciudad sufre inundaciones constantes, los servicios públicos escasean regularmente, falta de parques, entre otros problemas que no contempla el derecho a la ciudad como lo conocemos.

El después del derecho a la ciudad lo puedo encontrar una vez que se firmó La Carta a la Ciudad de México en 2010, en esta carta se plantean muchas acciones para que se respete el derecho a la ciudad, tales como la consulta a la población al tratarse de mega proyectos, garantizar espacios para el uso de cualquier tipo de medio de transporte, la organización de actividades para que la comunidad plantee sus necesidades, entre otras acciones. Tal vez al día de hoy no podemos ver ese cambio, incluso la mayoría de los habitantes de Ciudad de México desconocen este instrumento, pero esto fue una aproximación para un Estado que busca reconocer el derecho a la ciudad, como sucede en ciudades latinoamericanas como Bogotá. Es la voluntad política lo que detona los cambios en una sociedad. Hablar del futuro del derecho a la ciudad en la Ciudad de México e incluso en el país es difícil, pero permitiéndome especular, podría decir que las acciones poco a poco se irán generando toda vez que la necesidad existe y este tema ya se encuentra emergiendo.

Por último, en lo que respecta a ¿Una retórica progresista para una gestión urbana neoliberal? Ante esto puedo decir que el derecho a la ciudad tiene un gran enemigo, el capitalismo y el neoliberalismo, entendidos estos dos como los poderes fácticos más decisivos ante las acciones tomadas por los Estados en su búsqueda de establecer y reconocer el derecho a la ciudad, ya que en los últimos años hemos visto que este capitalismo es, incluso, mas fuerte que potencias mundiales, y ejemplos podemos encontrar muchos.


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