Erika Bárcena Arévalo: la investigación jurídica*

Publicado el 1 de junio de 2020


Jorge Alberto González Galván

Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
email jagg@unam.mx


1)¿Por qué estudiaste derecho?

Yo estudié derecho en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en Morelia. Mi elección estuvo orientada por una presión familiar por estudiar una carrera “con futuro”; por un interés por los fenómenos sociales y mi (incipiente) conocimiento sobre la izquierda (como filosofía, no en su dimensión electoral) y su proyecto, que supuse podría profundizar al estudiar derecho; por no tener otras opciones de carreras relacionadas con las ciencias sociales, ya que no se ofrecen en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, y por la influencia de amistades que habían elegido estudiar derecho.

Mucho tiempo me arrepentí de esta elección, dado que no considero que mi carácter sea el propicio para el litigio. Pero cuando descubrí las posibilidades de la investigación interdisciplinaria me pareció la mejor decisión, porque significó un plus conocer un mundo tan “hermético”, como frecuentemente se presenta ante los no profesionales el mundo del derecho.

2) ¿Cuáles materias te gustaron más y por qué?

Definitivamente derecho laboral. Mi primera profesora, la licenciada Mercedes Ramírez Camacho, tenía una abierta convicción por la causa obrera, y encontré en esta materia una herramienta útil para la defensa de los oprimidos. Creo que en ese entonces mi preocupación se acercaba más a la caridad cristiana que a un posicionamiento político, pero igual me pareció fascinante.
De hecho, mi primer contacto con la investigación fue en el ámbito del derecho laboral en un verano de investigación que realicé en nuestro Instituto con el doctor Alfredo Sánchez Castañeda. Honestamente, nunca tuve mucha habilidad para memorizar artículos, pero creo que el derecho laboral me ayudó a entender las lógicas, los supuestos de los que parten y los bienes que pretenden proteger las distintas ramas y materias del derecho, así como las contradicciones que derivan de esa diversidad de lógicas y supuestos (me refiero, desde luego, a las contradicciones entre el derecho civil y los derechos sociales, como el laboral).

3) ¿Cuáles maestros te gustaron cómo enseñaban y por qué?

Creo que la pasión siempre fue un factor importante para mí. La licenciada Ramírez, como señalé, se caracterizaba por ello. Recuerdo también al licenciado Mauro Hernández Pacheco, con quien cursé la materia de derecho procesal civil I. Él, irónicamente, era proclive a enseñar desde el código, aunque al haber sido juez e incluso presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Michoacán, nos compartía siempre su experiencia. Pero recuerdo que en una ocasión nos compartió que su compromiso con la docencia, y particularmente con la Universidad Michoacana, nacía del agradecimiento. Viniendo de una familia numerosa y con recursos limitados, nos dijo, si la Universidad Michoacana no existiera él no habría podido estudiar una carrera profesional. La lección más importante que me dio fue que siempre valdrá la pena defender la educación pública, gratuita y laica.

4) ¿Por qué es importante hacer una tesis para titularse?

Considero que es importante en la medida en que ayuda a estructurar ideas y presentar argumentos, tareas para las que, a pesar de tener un sistema jurídico principalmente escrito, no se nos prepara. Por su parte, creo también que es particularmente importante si en nuestro horizonte esta la academia como opción profesional, ya que es frecuente que los programas de estudio de las facultades de derecho presten poca o nula atención a brindar herramientas para la investigación, y por lo tanto la tarea de aprender a hacerlo queda casi completamente en los estudiantes. Elaborar una tesis en condiciones tan precarias de conocimiento contribuye a forjar una disciplina para buscar respuestas que, por otro lado, es particularmente valiosa en la academia.

5) ¿Qué te motivó especializarte en la disciplina que investigas?

Yo me especializo en antropología jurídica. Concretamente, estudio poderes judiciales desde esta perspectiva, lo que implica entender al derecho como un fenómeno social que también se construye y reconstruye en las prácticas y dinámicas cotidianas de quienes integran los tribunales. No me enfoco en el resultado, las sentencias, sino en cómo se construyen: quiénes participan en la elaboración de una sentencia, cómo entienden al derecho y cómo esta comprensión está condicionada por factores que van desde las relaciones que existen al interior del tribunal entre el personal, hasta los criterios de los tribunales superiores que revisan sus sentencias.

Mi elección de programa de doctorado, que finalmente fue en antropología social, estuvo guiada por un interés en la interdisciplinariedad, en aprender a hacer investigación empírica, y en una perspectiva crítica del derecho a partir de la cual, insisto, éste no es objetivo, neutral y aséptico respecto de las dinámicas sociales en las que se inserta (y no sólo regula). En este sentido, me interesaba también estudiar a las elites en el poder.

Como abogada, formo parte del “Colectivo Emancipaciones”, donde acompañamos casos de comunidades indígenas que demandan ante tribunales el reconocimiento de su derecho a la libre determinación. A través de estos juicios pude acercarme a los dos máximos tribunales constitucionales del país, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en el contexto pos-reforma constitucional de derechos humanos. Las divergencias en las interpretaciones de estos tribunales fue lo que en concreto me motivó a interesarme por cómo entienden los derechos humanos múltiples funcionarios cuya labor es jurisdiccional, enfocándome en la observación directa de sus prácticas cotidianas.

6) ¿Por qué es importante investigar el derecho?

No sé si haya una sola respuesta a esta pregunta. Desde mi experiencia, es importante investigar el fenómeno jurídico porque brinda herramientas para transformar al derecho, idealmente en el sentido de la justicia social. Estudiar el funcionamiento de los tribunales, por ejemplo, visibiliza dinámicas que no suelen ser desconocidas, pero a las que frecuentemente se les resta importancia cuando de hecho pueden ser muy relevantes para entender el tipo de poder judicial que realmente tenemos. ¿Qué pasa, por ejemplo, si ante el fenómeno del nepotismo en lugar de poner el énfasis en la corrupción lo ponemos en la forma como se construye la idea de confianza, considerada central para la función jurisdiccional?, ¿necesitaríamos sólo prohibir el nepotismo o también democratizar al poder judicial para que la confianza se construya desde otros lugares? Si consideramos que un poder judicial más democrático, en el sentido de que a él puedan acceder personas con una diversidad de ideas respecto del derecho y los derechos, es más proclive a la innovación y al desarrollo de los derechos, tal vez valga la pena profundizar sobre la idea más común de confianza en el poder judicial y los efectos que ella tiene.

7) ¿Cómo eliges un tema de investigación?

Para mí la investigación empieza siempre con una pregunta y no con una respuesta. No investigo sobre cosas que ya sé, con el afán de demostrarlas; investigo sobre cosas que no sé y sobre las cuales tengo una duda genuina, sin que ello implique no tener ninguna hipótesis al respecto. Los fenómenos que me interesan y sobre los que más frecuentemente tengo preguntas se engloban en mis líneas de investigación, mismas que he tratado de ir desarrollando a través de una agenda que se construye en la profundización de la línea y/o a partir de los resultados del trabajo de campo que voy realizando.
En el tipo de investigación cualitativa que realizo, la etnografía, hay una centralidad en las perspectivas de los actores sobre su propia realidad, por lo que en los distintos encuentros que tengo con motivo del trabajo de campo es frecuente que surjan aristas del fenómeno objeto de estudio que antes yo no había visto. Estas nuevas aristas se convierten frecuentemente en una nueva investigación.

8) ¿Cómo desarrollas un tema de investigación?

En un proyecto concreto de investigación parto, como señalé, de una pregunta central que contextualizo en determinadas discusiones teóricas, y que me sirve de guía para determinar el lugar donde voy a realizar trabajo de campo y las personas con las que idealmente quiero trabajar. Busco entonces informantes clave, quienes me abrirán las puertas del campo y me ayudarán a estar ahí; frecuentemente utilizo también la técnica “bola de nieve” para conocer a otras personas e interactuar con ellas a través de pláticas informales que registro en mi diario de campo, o de entrevistas semiestructuradas. Idealmente, y de ser posible, hago observación participante. El estar ahí para tratar de entender el “sentido común” de un determinado espacio es la esencia de la etnografía. Después del trabajo de campo sistematizo los datos y hago una interpretación que después vuelvo a confrontar con la teoría. Desde el enfoque etnográfico el objetivo de los datos no es hacerlos concordar con los postulados de una teoría explicativa de la realidad, sino construir interpretaciones de la realidad a partir de los datos y la teoría. Frecuentemente las preguntas que la investigadora tenía antes de entrar a campo resultan no ser de relevancia para quienes habitan ese espacio social, por lo que no es raro que ya en campo se produzca la delimitación final del tema de investigación.

9) ¿Qué aportes/utilidad/beneficios te proporciona investigar tus temas?

Me ha permitido complejizar al derecho como fenómeno social, y ello ha sido también de utilidad en mi activismo con las comunidades indígenas. Creo que contribuye a que las estrategias jurídicas partan de lugares más reales.

10) ¿Qué me recomiendas para hacer una tesis y qué tendría que hacer para dedicarme a la investigación?

Lo primero para hacer una tesis es partir de una pregunta de investigación. No de respuestas o de juicios de valor. Parece sencillo, pero los estudios de educación jurídica muestran las dificultades de plantear preguntas en un mundo de certezas, como a veces parece ser el mundo del derecho, así que la primera recomendación es: cuestiónalo todo.
Lo segundo es leer teoría y no sólo leyes y códigos. Siempre debes ir tras las fuentes primarias, leer directamente a las autoras(es) que están poniendo los términos de las discusiones más importantes respecto del tema que has elegido, y no quedarte en los manuales.

Lo tercero es construir una disciplina de lectura, escritura y reflexión cotidiana. Quizá esto es lo más difícil, sobre todo escribir, pero la disciplina sólo se adquiere leyendo, escribiendo y reflexionando cotidianamente. No hay otra receta.

¿Qué tienes que hacer para dedicarte a la investigación? Aprender a formular preguntas de investigación, conocer las discusiones centrales de tu tema de investigación y tener una disciplina de lectura, escritura y reflexión cotidiana. Al menos si lo que quieres es hacer investigación seria, desde mi punto de vista. Y no importa si el objetivo es una tesis o una opción profesional.

Ciudad de México, a 29 de mayo de 2020


NOTAS:
* Investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM (ebarcena@unam.mx).


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero