El jurista y el arte: Daniel Márquez Gómez

Publicado el 9 de junio de 2021



Jorge Alberto González Galván

Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
email jagg@unam.mx


1. Si no fueras abogado, ¿a qué actividad artística te hubiera gustado dedicarte y por qué?

Esta es una pregunta muy interesante por su complejidad, y el problema de la memoria toca una veta de mi personalidad que se encuentra sepultada en la profundidad de mi psique. Cuando era niño tenía un gusto por lo científico, me impactaban las historias de Newton, Pierre y Marie Curie, la ciencia, la música y el teatro, la poesía, etcétera. Aunque actuaba en obras y cantaba no estaba en mis expectativas dedicarme al arte o realizar alguna actividad artística. Mis gustos eran más cercanos al conocimiento del universo que a otras materias. Me impactaban los temas de ciencia ficción y otros similares, por lo que me hubiera gustado estudiar física matemática.

2. ¿Cuál fue el primer poema, cuento o novela que leíste y de qué trata?

El primero fue el poema en verso Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez. Tal vez por el impacto de una lectura “infantil” con temas adultos como la pobreza, la tristeza, la amistad, la solidaridad, el miedo, la locura, la muerte, la vida. ¿Por qué la leí? Quizá porque lo tuve que leer como parte de mi formación, tal vez por tratarse de la obra de un escritor con una carrera trunca en derecho… No lo sé.

3. ¿Qué obras de pintores o escultores admiras y por qué?

Admiro a demasiadas personas que han contribuido con su arte a la construcción de la sensibilidad en el ser humano, que me es imposible enumerarlas. De la antigüedad a Mirón de Eléuteras, por su Discóbolo; a Miguel Ángel, por su David y la belleza de los detalles físicos de sus esculturas; al autor citado por “La Piedad”, por la perfección de sus formas; entre los pintores puedo citar a los autores anónimos de las Cavernas de Lascaux; a Piero della Francesca, por La Resurrección; a Miguel Ángel por los frescos de la Capilla Sixtina, Rafael de Sanzio y sus estancias Vaticanas; Artemisia Gentileschi por su Judith degollando a Holofermes; Rembrandt, Vicent van Gogh, los muralistas mexicanos, etcétera. Los nombres y sus méritos son demasiados como para agotarlos en una respuesta.

4. ¿Tocas algún instrumento musical? ¿Te gustaría haber aprendido alguno? ¿Por qué?

No, desafortunadamente la vida, mis oportunidades, no me legaron formación musical formal. En algún momento de mi infancia formé parte de un coro, pero ahí terminó mi contacto con la música. Por supuesto que me gustaría tocar el piano o la guitarra, porque la música expresa un lenguaje estructurado y formal como la matemática, lo que me parece interesante. Aquí es oportuno citar a Francesco Carnelutti: “el jurista quisiera ser músico para que los hombres sientan este encanto” (El arte del derecho).

5. ¿Cantas? ¿Cuáles son tus cantantes preferidos?

No puedo decir que canto en la ducha, porque no es verdad. Como destaqué, mi breve experiencia con la música fue en un coro, pero por lo limitado del tiempo no puedo decir que canto. ¿Cantantes favoritos? Me llaman la atención demasiados géneros musicales y aprecio a innumerables voces del pasado y algunas del presente, como para decantarme por alguna, que no estoy seguro de tener un intérprete preferido.

6. ¿Dibujas? ¿Pintas? ¿Esculpes?

En mi juventud realizaba algunos trazos, en algún momento realicé algunos intentos torpes de expresión artística a través de dibujos y cuadros. Pero siempre fue con las limitaciones vitales que enfrenté, por lo que no puedo afirmar que lo haga.

7. ¿Te gusta la fotografía y el cine?

Por supuesto, admiro todo lo que impacte en la sensibilidad. Espacio y tiempo son los dos elementos base del conocimiento. En la fotografía, como un punto fijo en el tiempo, y en el cine como esa sucesión de cuadros asociados a una historia, tenemos maravillosas expresiones del espacio y tiempo.

8. ¿Cómo influye el arte en el derecho?

No puedo responder a esta pregunta sin algo de tosquedad. Desde las representaciones de toros y caballos de la cueva de Lascaux, del paleolítico, pasando por la Antígona de Sófocles y la lucha entre las expresiones normativas humanas y divinas, o el Levítico y conjunto de prohibiciones y permisiones, pasando por el poema “A buen juez, mejor testigo”, de José Zorrilla, o la pintura el “Reino pacífico”, de Edward Hick, por citar sólo algunos, advertimos cómo el arte influye en el derecho y, a su vez, el derecho presta motivos al arte.

9. ¿Cuál es la influencia del derecho en el arte?

En la antigüedad latina se definía al derecho como ars boni et aequi. Por lo que reiteraría la respuesta a la pregunta anterior.

10. Por último, ¿si tuvieras 18 años volverías a estudiar derecho o escogerías una profesión artística?

Como jurista, ocupado en la ciencia, no pienso en el hubiera, sino en el es. A pesar de mis reflexiones, estoy convencido que elegí la mejor profesión a la que puede acceder. No me arrepiento y no me arrepentiré de haber elegido como profesión al derecho: “Ama tu profesión. Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado” (Eduardo J. Couture, “Decálogo del abogado”), considero un honor ser abogado.


Ciudad de México, a 30 de mayo de 2021


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Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero