El INAI y su patetismo1
Publicado el 18 de octubre de 2021
Pedro Salazar Ugarte
Director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
pedsalug@yahoo.com
La presidenta del instituto autónomo no tiene facultades para avalar los trabajos de una dependencia del gobierno, pero lo hace sin empacho.
Patético: “que conmueve profundamente o causa un gran dolor o tristeza”; “penoso, lamentable o ridículo”. Diccionario de la lengua española. Real Academia Española.
El video es lamentable. En todos los sentidos. Pero me centro en lo principal. Fue grabado el 5 de octubre en una visita que realizaron las personas comisionadas del Instituto Nacional de Transparencia a la construcción que albergará al aeropuerto Felipe Ángeles, obra insigne de la 4T. Inicia con el emblema del agrupamiento de ingenieros responsable y remata con la moción “cumpliremos la misión”. La impronta militar abre el telón.
Tras la cortinilla y con fondo musical festivo aparece en escena Blanca Lilia Ibarra, presidenta del instituto autónomo y garante de la transparencia en el país. Porta un chaleco morado –de un tono similar al emblema de Morena (alguien podría decir, idéntico)– y dice, entre otras cosas, lo siguiente: “es una obra de gran envergadura que, sin duda, muestra el gran trabajo que viene desarrollando la Secretaría de la Defensa Nacional”. Ella no tiene facultades para avalar los trabajos de una dependencia del gobierno, pero lo hace sin empacho.
Sigue el turno del comisionado Francisco Acuña. Su intervención abre con imágenes panorámicas y misma música epopéyica. Asegura que “francamente puede decir que conviene que todos los mexicanos veamos y conozcamos mejor la obra …y despejemos mitos, leyendas negras”. No sé exactamente a qué se refiera, pero lo afirma con una convicción sincera. El comisionado está cierto de que, si se da más información, “se despejarán muchas dudas”. El tono no es inquisitivo sino celebrativo. Alude a inquietudes sin precisar de qué van, pero que parecen despejarse si te invitan a la obra en construcción. Porta el mismo chaleco morado y lo remata con un casco azul de construcción.
La comisionada Julieta del Río Venegas usa el mismo chaleco, pero lo remata con gorra de beisbolista y logotipo del aeropuerto. Para ella “es muy importante la visitas oculares como la que hicimos el día de hoy porque la desinformación te lleva a generar opiniones encontradas”. ¿El INAI realiza “visitas oculares”? Tampoco queda claro porqué la deficiente información conduce al desacuerdo, en fin. Pero, a su juicio, se trata de “una megaobra, una obra impresionante que viene a reforzar la ideología de todos los mexicanos”. Así lo dijo, tal cual. También dijo que la obra “está por concluir y cumpliendo las metas”. Ella es comisionada en el organismo garante de la transparencia, el derecho de acceso a la información y la protección de los datos personales.
También lo es Josefina Román Vergara. Comisionada que coincide en que “es una obra monumental”. “Pero no sólo eso –nos dice, si no que– ya es y será orgullo de mexicanas y mexicanos”. Ella celebra “mucho que sea Sedena quien esté construyendo esta obra tan importante para el Estado mexicano”. También porta el chaleco y un caso azul.
El comisionado Óscar Guerra Ford porta la misma indumentaria –chaleco con casco– y comienza felicitando a la Sedena. Para él se trata de una “magna obra”. Nos dice que por lo que han visto –suponemos que se refiere a él y a sus compañeras y compañeros garantes de la transparencia– se demuestra “que los ingenieros de la Sedena (son ingenieros) que están a la altura de cualquier ingeniero mejor calificado del mundo”. No lo dudo pero, como soy abogado, no lo sé. Él, que es economista, lo sabe.
La música y las imágenes panorámicas siguen aupando el vituperio cuando aparece en pantalla –gorra y chaleco en su lugar– el comisionado Adrián Alcalá Méndez. A él le complace que mexicanas y mexicanos estén desarrollando “esta obra, en el tiempo, en la forma y también con el recurso de una forma que rinde las cuentas de una manera eficaz y eficiente”. También es responsable de la transparencia y, precisamente, de la rendición de cuentas en México. Pero como está “muy orgullo de ser mexicano y también (…) de nuestras Fuerzas Armadas”, supongo que puede avalar en un abrir de ojos (y sin mirar expedientes) lo que sea. Me imagino que la Sedena se siente muy complacida de haberlo invitado.
El show en el que el INAI claudica de su misión institucional, desfonda su legitimidad y renuncia a su autonomía constitucional, culmina con el sonido que antecede a la voz femenina y a la imagen con el escudo nacional y el fondo verde que anuncia que el promocional fue realizado por el “Gobierno de México”.
Así, sin pudor, ni nada de eso. Patético.
NOTAS:
1 Se reproduce con autorización del autor, publicado en El Financiero, el 13 de octubre de 2021.
Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero