Un mensaje breve a Eduardo García Máynez1
Publicado el 21 de agosto de 2013 José Luis Ramos Mendoza Estudiante de la maestría en Derecho, UNAM jlmendoza@comunidad.unam.mx Si somos capaces de intuir los valores jurídicos - aun cuando dicha intuición diste mucho de ser perfecta- la realización de dichos valores no puede ser asunto de unos cuantos, sino tarea en que debemos participar todos los miembros de la comunidad política. |
Sinceramente no tengo una idea clara de cuál sería tu respuesta si vivieras en esta época, y te pidiera tu opinión acerca del abandono de los temas axiológico-jurídicos en los cursos que se imparten en nuestro Posgrado, particularmente por lo que se refiere a la Justicia y a su relación con el Derecho. Me atrevo a pensar que probablemente como consecuencia de la firmeza de tus posiciones iusfilosóficas, -plasmadas en la mayoría de tus textos- te sentirías francamente desilusionado, tanto con la egolatría docente como con el alejamiento, cada vez más evidente, del estudio de esos temas. Finalmente triunfó el positivismo dirías, pero no el de Kelsen, sino el que se "interpreta" y se asume como "kelseniano".
Los profesores -salvo muy honrosas excepciones- huyen cotidianamente de todo aquello que les parezca "problemático"; Nicolai Hartmann, tu gran maestro, sabría comprender perfectamente que te sintieras contrariado ante tal situación, pues las aporías en este tiempo son malentendidas y dejadas de lado para sustituirlas por temas "novedosos", pero esos mismos profesores no se han puesto a analizar que el futuro de la ciencia de la que hoy somos estudiantes a nivel Maestría, no será promisorio si, con el pretexto de la "insuperable" falta de un mínimo de acuerdo sobre lo que significa la Justicia -entre otros valores- y sus implicaciones, en lugar de profundizar en la temática y a partir de ello poder enseñar al alumno sus límites y posibilidades, mejor echan mano de la comodidad cuando señalan la supuesta inutilidad de dedicar tiempo a la reflexión valorativa.
Citan insistentemente en sus cátedras a los autores "contemporáneos" que ofrece el temario, es decir, recomiendan a Kelsen y algún otro que “sí” hayan leído; Alexy, Atienza, Habermas, y muchos otros, son entendidos como “los indispensables”; pero si se les pregunta a esos mismos profesores, tan renuentes a la crítica y adoradores del halago, el por qué de su resistencia hacia la exposición de tu pensamiento, así fuera de los puntos más importantes del mismo, sistemáticamente descalifican al cuestionador y en sus clases te ignoran casi por completo, sin más argumentos que los que suponen el desconocimiento de tu obra.
Seguramente lo hacen -pienso que de buena fe- sin saber que Kelsen te admiraba y que a pesar de tus análisis críticos de su obra -de la que reconociste y resaltabas sus méritos- decidió por el aprecio que sentía por ti, dedicarte su El Contratoy el Tratado, en su versión al español que estuvo a tu cargo, y que H. L. A. Hart, también reconociendo tus aportes a la Ciencia jurídica, dedicó su discurso en tu honor cuando a los dos les fue otorgado el Doctorado Honoris Causa por la UNAM, institución noble a la que dedicaste tus sacrificios y desvelos, y de la que fuiste creador de instituciones y Maestro de muchas generaciones de abogados.
En estos días en los que debí reflexionar sobre un trabajo que debía preparar para una clase de la Maestría -muy mala por cierto- recurrí directamente a tus libros. Casi todos -incluso yo- saldremos del posgrado repitiendo varios lugares comunes, entre ellos: "el que no vale la pena pensar sobre la definición de la justicia, y mucho menos en la de Derecho, al cabo que nunca lo vamos a lograr". Pero si nos detenemos un poco y reflexionamos sobre el papel que la Sociedad espera de nosotros a la luz de nuestra preparación, nos daremos cuenta de que seremos "Maestros" de una ciencia -si es que así concebimos al Estudio del Derecho- de la que no dominamos sus fundamentos, y nos convertiremos en simples repetidores de las ideas de los demás y de los autores “de moda”. En verdad, ¿Qué es lo que estamos capacitados a enseñar, Derecho, Leyes o lo que se le ocurra al Poder Judicial de la Federación en sus Jurisprudencias?
Este mensaje breve te lo envío como un ejercicio de crítica y porque en ocasiones quienes pasamos buena parte de nuestros días en las aulas universitarias y que tenemos la ilusión -realizable o no- de pertenecer al grupo de pensadores que pasen a la posteridad como “creadores” de alguna idea nueva o al menos de utilidad para nuestra ciencia y de merecer dedicarnos a la enseñanza del Derecho, necesitamos un guía, y tengo la certeza de que por medio de la relectura de tu obra puedo encontrar elementos que doten de firmeza teórica a las posiciones que sostengo, y que si en ocasiones he encontrado malas actitudes al exponer mis puntos de vista, solo signifique que voy en la dirección correcta.
Ojalá que muy pronto pueda contribuir, con reflexión y sin atavismos, a que en buena medida recuperes tu estatus teórico y se valoren tus enseñanzas como lo que fueron y lo que aún significan.2 Adiós.
NOTAS:
1. Una versión preliminar fue leída ante mis compañeros y profesor de la materia correspondiente.
2. Agradezco al Dr. Imer B. Flores haber compartido conmigo algunos de los datos histórico-jurídicos que utilicé líneas arriba.